Diversos estudios señalan
que aquellas mujeres que están privada de libertad, generan sentimientos de
inferioridad e incapacidad, dado que el ejercicio del rol maternal se ve
limitado por las restricciones propias del encarcelamiento. En los lactantes:
se produce sentimiento de ansiedad, angustia y baja autoestima, ubicándolos en
una situación de riesgo social.
Se ha constatado que los niños cuyo padre o
madre, se encuentren recluidos, están 5 veces más expuestos a desarrollar
conductas delictivas.
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